Según datos de la Secretaría de Economía, en México hay 4.2 millones de unidades económicas, de las cuales, el 99.8% son consideradas Pequeñas y Medianas empresas, es decir, PyMEs; mismas que aportan 42% del Producto Interno Bruto (PIB) y generan el 78% del empleo en el país.
Si estás dentro del selecto grupo de visionarios que se arriesgaron para convertirse en emprendedores, debes saber que las empresas se clasifican como tales por su número de empleados y sus ventas anuales.
La mayoría de los estudios identifica a una microempresa como aquella con menos de 5 empleados y hasta 500 mil pesos de ventas anuales; mientras que la pequeña empresa cuenta con 6 a 10 empleados y un ingreso anual de entre 500 mil y 1.5 millones de pesos en ventas; la mediana empresa cuenta con 11 y hasta 100 empleados percibiendo por concepto de ventas anuales no más de tres millones de pesos.
Sin duda, aunque hay casos particulares dependiendo la industria o el sector, una vez que ubiques en dónde te encuentras será sencillo saber a dónde quieres ir.
Lo primero que debes considerar para que tu emprendimiento crezca es que el éxito no se alcanza de la noche a la mañana y que se requiere mucho esfuerzo, por lo que la paciencia es fundamental. Sin embargo, las cosas dejan de ser difíciles una vez que pasas los dos primeros años de vida de tu proyecto y comienzas a fortalecerlo y, para eso, toma en cuenta los siguientes puntos:
El éxito es el resultado de una labor constante que parte de un plan detallado con objetivos claros a corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, debes estar abierto a un ‘Plan B’ por si te enfrentas a algún obstáculo que te provoque pérdidas o retrasos en el crecimiento.
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