La reducción de la jornada laboral en México está avanzando hacia una posible implementación. Se anticipa que en marzo se inicien mesas de diálogo para analizar la transición hacia una semana laboral de 40 horas, según declaraciones de Fernando Yllanes, miembro titular del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por los empleadores.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció a finales de 2024 la intención de reducir gradualmente la jornada laboral durante su sexenio. Las próximas mesas de trabajo reunirán a representantes empresariales, trabajadores y especialistas para alcanzar consensos que permitan una implementación efectiva sin afectar la productividad ni los derechos laborales.
Yllanes destacó que México sigue la tendencia global de disminuir las horas de trabajo, ya que actualmente mantiene jornadas de 48 horas semanales. La OIT recomienda que estos cambios se realicen mediante diálogo social, considerando las particularidades de cada industria.
La OIT sugiere que la reducción de la jornada laboral sea gradual y adaptada a las necesidades de cada sector. Yllanes enfatizó la importancia de distinguir entre diferentes industrias para evitar impactos negativos. Por ejemplo, una reducción abrupta podría requerir la contratación de un quinto turno o el pago de horas extra, lo cual podría ser inviable para algunas empresas.
Además, se enfrenta el desafío de la escasez de mano de obra calificada y la alta rotación en ciertas empresas, lo que complica aún más la implementación de una jornada reducida.
Según la Guía del Mercado Laboral de Hays, el 47% de las empresas en España tienen una opinión positiva sobre la reducción de la jornada laboral, mientras que el 31% se mantiene neutral y el 22% la ve negativamente. Aunque este estudio se centra en España, ofrece una perspectiva relevante para México, donde las opiniones empresariales podrían variar según el tamaño de la empresa y la región.
La reducción de la jornada laboral sin una disminución salarial implicaría un aumento en el costo laboral por hora. Las empresas deberán evaluar cómo absorber estos costos adicionales sin afectar su competitividad.
Algunas estrategias podrían incluir:
Optimización de procesos.
Inversión en tecnología para aumentar la productividad.
Reestructuración de turnos de trabajo.
Es esencial que las empresas analicen detalladamente sus estructuras salariales y consideren posibles ajustes en sus presupuestos. Además, deberán estar atentas a las disposiciones legales que se deriven de las mesas de diálogo y adaptar sus políticas internas en consecuencia.
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La posible reducción de la jornada laboral en México representa un cambio significativo en el panorama laboral del país. Si bien busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores, su implementación requiere un análisis cuidadoso para equilibrar los intereses de empleados y empleadores.
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