El anuncio fue encabezado por el Secretario del Trabajo, Marath Bolaños, quien confirmó que se llevará a cabo una reducción paulatina de la semana laboral, comenzando con mesas de diálogo a partir del 2 de junio. La presidenta Claudia Sheinbaum también respaldó el proyecto como una de las prioridades de su administración, asegurando que se hará en consenso con empleadores y bajo un enfoque escalonado por sectores.
Esto implica que, de aquí al 2030, las empresas deberán ir ajustando sus políticas de horarios, turnos, salarios y productividad. Todo esto requiere una planeación anticipada desde el área de Recursos Humanos, con herramientas y métricas claras.
¿Por qué es urgente para Recursos Humanos anticiparse?
Actualmente, 2 de cada 3 personas trabajadoras en México laboran más de 40 horas por semana, y cerca de 10 millones exceden el límite legal de 48 horas. A pesar de estas extensas jornadas, la productividad laboral del país se encuentra entre las más bajas de la OCDE. Esto ha generado un debate profundo sobre la necesidad de equilibrar tiempo de trabajo con bienestar y eficiencia.
Para los equipos de RH, la reforma implica rediseñar modelos de trabajo, adaptar contratos, gestionar jornadas flexibles y garantizar el cumplimiento normativo. Todo esto, sin afectar la operación ni la rentabilidad de la empresa.
El reto: balancear productividad y cumplimiento legal
Con un calendario rumbo a 2030, las compañías no pueden esperar al último minuto. La gradualidad exige preparación desde hoy, especialmente para sectores con alta rotación o estructuras operativas rígidas. RH debe repensar esquemas de compensación, modelos híbridos, capacitación y acompañamiento a líderes para gestionar los cambios internos.
Además, se espera que la reforma venga acompañada de inspecciones laborales más estrictas, lo que hace indispensable tener sistemas confiables de registro de jornada y control de cumplimiento.